martes, 24 de mayo de 2011

Amor Daltónico




Primero el gato pensó “No aparece ella esta noche. No está ni creo que vendrá. Luna, ¿donde estas mi Luna?. Aunque unos te vean de una forma, para mi eres única. Eres mía sin poderte tener. Eres mía sin a tu lado poder yo verte”. –El tiempo siguió pasando, definitivamente esa noche la Luna no aparecería para el gato. Paso en vigilia hasta entrada la madrugada, el fastidioso sol por oriente se vio aparecer y entonces, resoplando dijo “Ese sol, tan venenoso; anuncia mi retirada y el nacimiento de mi sueño. Ni siquiera puedo verla en mis sueños, puesto que al descansar el aparece en mi cabeza. Esta noche ella si vendrá, me quiere ver y quiere que estemos juntos”.


El gato observó detenidamente, sintió como se erizaba poco a poco; sabia que algo sucedía. Su pupilas se dilataron como al cazar. Hipnotizado estaba ya, nada podía hacer. “Ohhh Luna, tanto tiempo te espero y nunca apareces. Las noches cuando estas mi mirada no puedo retirar. Tu belleza me dice que solo a ti te puedo amar. Aunque me dicen que eres malvada, que de mi nada quieres saber, yo solo te quiero amar. Oh Luna, ¿porque es que no me quieres nunca hablar? Me dicen que tu color es más claro, no me importa el color que veo, eso es lo que amo. Siento tus brazos sobre mí, siento que me ves y me besas. No comprendo la estupidez de la distancia; si incluso los días que no te veo; no puedo dejarte de amar. ¿Luna? ¿Algún día podrías siquiera darme una palabra? Espero que tu algún día a mi me puedas amar.”

El sol volvió aparecer y la luna siguió camino hacia occidente. El gato una vez más vuelve a dormir, esperando que un día el corazón de la Luna pueda el tener.