lunes, 23 de mayo de 2011

Joya de Madrugada

¿Quién más si no tú?

Me puede despertar a la mismísima hora de la aurora. Con un beso que llega a estremecer mi cielo y el placer de mi sueño. Después de ellos el odio aparece ante el mismísimo descanso.

¿Qué acaso mi cabeza esta trucada? ¿Qué acaso una promesa es para romperla?

Solo se una cosa mujer de ojos imposibles, figura risueña y fundadora de un tercer género. Eres la apología de la perfección.
¡Tu cabello mi frustración!

Es imposible determinar que hechizo invocaste. Imposible saber cuánto furor causaste. Es menester por otra parte; hacerte saber que la mediocridad de tus amores no tiende a ser culpa tuya ni de los mortales.
La culpa es del tiempo, espacio y en quienes pretendes lograrlo.

Como un pájaro encuentra su pareja, no pretendas estar entre animales. Tu lugar es junto al mío mujer de ojos imposibles. Mi pecado es mi abnegación como regalo, el tuyo tu falta de dirección.

Mujer de ojos imposibles, ¿acaso no puedes encontrarme?

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