Ya tiene imagen, una con demasiados tintes de niñez. Aunque la imagen infantil de su hogar no demuestra un dolor que nunca languidece para bien y para mal para el Sapo. Años atrás cayó en su pozo, no puede dejar de admirarlo y quererlo. No quiere salir de su tragedia. Dentro es oscuro, triste y frio; algo con lo que el Sapo siempre soñó.
Ya tiene una imagen su hogar, su lugar de estar. Su eterna tragedia.
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