domingo, 15 de mayo de 2011

Huir, escapar

Un momento de plena intimidad, hace que la mente llega asumir la dominación de la parte irracional del ser. Necesita disciplina para no estar sometido en este momento y en un futuro no caer en pequeña absurdidad.

El acto preciso no es más que un espejo de la cobardía. ¿Importa? Que va….!
Si es precisamente una andada para llegar a la montaña de la serenidad. El autodominio sobre las emociones es duro, pero ¿Qué tan duro es sobre las necesidades? Inmenso cuando no se siente el apetito voraz de la carne.

Lejos de eso, corro porque quiero no quererte. Porque deseo no verte en el espejo. Solo me veo mejor. Entre tus mentiras y mi saber, fue lapidada la distancia silenciosa entre tú y yo hoy en día existente.

Corro por qué no te quiero ver, no quiero tener y no quiero quererte. Busca en otro lado compañía de corazón. Tu cuerpo quise y lo tuve. ¿Qué otra cosa me toca por hacer?

Huir, escapar antes que te quiera querer

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