miércoles, 18 de mayo de 2011

Eterno abandono

Una, fuera. Dos, adiós. Tres, te vas. Cuantos números, cuantas aves se irán. No me importa, hoy no quiero ni el Diez. El resultado llega a ser siempre el mismo. La cuenta sigue, el mundo no para y mi camino no termina.

Establecerse no encaja con la dinámica de la búsqueda de la felicidad. Establecerse aburre, pierde y por sobre todo, atrasa.

Tres meses. Seis meses. Ocho años. Te vas, te fuiste y no regresas. Mi cabeza los números me hacen perder. Momentáneamente durante toda la vida, pierdo la cabeza. Por momentos de forma asidua dejo mi personalidad y me entrego a la sutileza de la debilidad hacia la carne.

Pero al final. No te veo, no te hablo. Yo, tú y todos los números que me conocen son fantasmas. Para ustedes. Y para mí, fantasmas son.

A seguir contando por momentos durante toda la vida. Fantasmas son, fantasma soy.

Llegues y te estaciones, igual te vas.

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