domingo, 28 de noviembre de 2010

Esclavitud

El atarse a un elemento; una cosa no responde a la calidad del objeto deseado. Responde solo y únicamente al ideal; a lo que se espera de ese ideal. La misma esclavitud también responde a la poca disposición; o mejor dicho a la displicencia de querer superar la idea de algo perfecto y espectacular.
Sin embargo; la verdad debe ser dicha. Dicha esclavitud que se da desde un ideal que me posee día a día; es mucho más profunda ella sola a todo aquel sentimiento; de mi persona hacia una fémina que pudiese estar cerca del amor. El ideal supera en toda regla y en cada espacio al amor por otra realidad un tanto manca.
Ni la realidad es capaz de aparecer de forma impertinente y por sobre todo en apariencia intempestiva. Carácter supremo de la esclavitud y del ideal. Hoy reconozco la maldición; que tiene un sabor tan dulce como la miel. Un calor tan cálido como el hielo. Hasta no hacer el ideal realidad; no existirá calma dentro del alma misma. Salud por el dulce ideal y la misma esclavitud que provoca.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Sabor a Despedida

Un año; donde si bien la pasión no ha disminuido; aunque el contacto es cada vez menos tenue.
Cuánta razón hay en las palabras que el Genio de Úbeda pario; al decir que el olvido es gracias al descuido de la pasión. Cuánta razón Maestro.

Lamentablemente el recuerdo o la misma impresión no funcionan de forma homogénea y tan endógena en todos los seres llamados humanos. Se ha convertido demasiado duro de llevar consigo el veneno; saber cual es y no quererlo expulsar de la dinámica diaria.

Un final académico; da el inicio para un adiós, aunque bien; la mente tan astuta y ágil puede tipificar desde ya.
Primero, vuelve a reconocerse inferior y desea tomar un tiempo para no sentirse tan inferior; si es posible mas adelante encontrar el momento tan esperado del Sapo. Salir del pozo; abrazar el pozo.
El sabor de la despedida no lo da ella; lo da el Sapo que sabe que no tiene ni idea de que hacer; ni en realidad puede hacer algo más. Necesitamos que Fritz nuevamente haya escrito desde Sils-Maria. Yo también si no consigo alejarme; encontrar la piedra filosofal para convertir la porquería en oro; estoy perdido.