lunes, 30 de mayo de 2011

Mentir

Llega a ser necesario, puesto que la verdad tú no deseas escuchar. Tus caderas son tan anchas dijo Joaquín, no lo quieres saber. No puedo ser de nadie, pero todo lo quieres para ti, incluyendo mis ideas y mis suspiros.

Es algo completamente imposible. ¿Acaso no lo ves? ¿No lo sabes? Las musas, al menos para mí, no existen. No tienen cuerpos, no se ven; simplemente intangibles son.

La verdad no quieres saber, esas palabras nunca te las diré entonces. Mentiras te doy, así eres feliz. Mis versos no son para ti. Intento escribir para encontrar la musa perdida, tú ni hoy ni mañana serás esa.

¿Acaso no lo ves? ¿Acaso no lo comprendes? Solo tu cuerpo yo quiero poseer, lo demás es vano y aburrido para mí. Mentiras te digo pues, porque así eres feliz. No lo ves, no lo quieres saber. Esa musa no eres tú, esa musa no existe.

Solamente eres una herramienta de placer, no existes para mí. Al menos me importas un poco, un poco para poderte mentir. En este apartado aprovecho para decirte, que mentiras te digo, no me importas. Mi universo es más grande que tu existencia.

No me importas. ¿No lo ves?

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