Las mismas se rehusaban a caer.
El tiempo era parte de su vida.
Sabían que en día o noche caerían.
La lluvia les marcó el camino.
No llegué a saber que así fue.
No quise aprender antes de ellas.
Con ellas, llega el adiós.
De una forma te empiezas a ir.
Esa noche de hipotermia no pude más.
Te empecé a decir adiós.
Y tú, en tu casa sin que te importe.
Y tú, tan alegre y jovial.
La vista mojada y nublada.
La música en el silencio.
Todo esto y cosas que no estaban.
Dictaron la salida en la lluvia.
Las manos heladas moradas.
El aroma a tabaco quemado.
El camino se movía.
Y mi movilidad inmovilizada quedó.
El alcohol hizo su efecto.
Te llamé una vez más.
En mi cabeza yo te llamé.
Y tú, en tu casa sin que te importase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario