sábado, 9 de julio de 2011

Al tiempo, el orto.

Entre las llagas del dolor, tú vuelves aparecer.
La realidad deja un determinismo implícito.
No se consigue nada con la arena querer remover.

Sólo sé que, en el dolor tu calor me abriga.
Aparece en el tiempo onírico.
Cual astro se entrega al orto.

Vuelves aparecer.
Demuestras que la realidad nunca llegara alterar tu estado inmaculado.
Querida estrella que aparece y se esconde, siempre serás tú.
Enclaustrada en el orto del tiempo onírico dominas mi vida y me entrego a ti.

El dolor nunca, jamás, ni siquiera en otra condición podrá erradicarte de aquí.

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