Primera semana, emocionado.
Digo que ya no importará
Segunda semana, perturbado.
A ella le sigue sin importar.
Los días transcurren, ese espejo me va a matar.
Tercera semana, el cansancio me derrota.
Parece que me vuelve a importar.
Cuarta semana, el anhelo me despierta.
He caído una vez más.
¡Ese desgraciado espejo no deja de verme!
Me hundo y no puedo respirar.
Me agrada vivir sin el aire.
El aire que no le importa.
Los días se pasan y llega el día de pago.
A ella le sigue sin importar.
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