martes, 7 de junio de 2011

Día

Abro los ojos y vuelve a empezar.
No mi nombre no es Ignacio.
Pero al igual que sus versos en tres días pueden fallar.
Le he vuelto a hablar y a ella le sigue sin importar.

Me he parado, el espejo insiste en darme malas noticias.
No puedo creer que, al volver abrir los ojos sigo sin ser “El”.

La tonada que viene en tromba me recuerda el pesar cotidiano.
La tragedia me agrada, me abraza pero la madrugada me maltrata.

Al día de hoy, sigo sin ser “El”.
Le pienso en hablar. ¿Por qué? ¿Algo va a cambiar?
A ella le sigue sin importar.

El día caminó, una vez más; he vuelto a fallar.
Cierro mis ojos. Mañana no lo seré más.
Abro mis ojos y si.
A ella le sigue sin importar.

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