domingo, 12 de junio de 2011

Año

Siempre al salir de mi cuarto, hablo con mi cabeza. Esas charlas van marcando la mejoría o bien, la destrucción.


Iniciamos con el nuevo recuerdo de lo viejo.
Esperanzado me siento. Este será.
Pienso contar los días que sufro, he ahí primer error.
No me acuerdo, que a ella le sigue sin importar.

“No te había visto, no eres ni de lejos El.”

Existe un rayo de luz, un momento importante.
La mentira me la doy en cuchara, me la he creído.
No hace falta el diván. Yo solo me puedo salvar.
Ahora que lo pienso, son semanas sin el espejo mirar.

“Pero, ¿quien dijo que mi olvido hará que, a ella le importe?”

Estas conversaciones mentales me sacan de mi lucidez.
Este calor no me permite pensar. De repente.
Llega lo que no quería que llegara.
El recuerdo por medios oníricos. ¡Fantástico!

“Ahora si aparece ese maldito espejo”

Una vez más necesito Alprazolam.
En un buen mes los sueños se vuelven recurrentes.
El sentido el mismo, encuentro y desencuentro.
Dolor al amanecer ni mi cabeza quiero ver.

“Quiero que este año termine ya….mi semana de cuatro días ya está aquí. Paremos un momento entre tanta tormenta, entre tanto sueño. Necesito detenerme.
El cambio es inminente. Perplejo dice Ignacio que puedo quedar.
Mientras que cada día entre mi rutina me empiezo a creer que puedo mejorar. Detengámonos un momento. Eso sí; a ella le sigue sin importar.”

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