domingo, 7 de diciembre de 2008

Muerte a pilotos ¿extorsión o inestabilidad?

Hasta el día de hoy, 125 pilotos del transporte público, urbano y extraurbano sin distinción han sido asesinados en nombre de las ya tan comunes extorsiones que van dirigidas a los empresarios del transporte y sus finanzas, pero que acaban inevitablemente con la vida del chofer, el último eslabón en la cadena del servicio.

La Fiscalia de Delitos contra la vida investiga los casos y en algunos de ellos se obtienen evidencias y se han realizado detenciones, sin embargo aun están ausentes las condenas. La principal razón hasta ahora considerada para el asesinato de pilotos son las extorsiones que realizan integrantes de las más de cinco maras que operan en el país con una vasta red organizada y especializada para el crimen, no obstante otros motivos están surgiendo para realizar este acto delictivo, pues el pasado lunes la Policía aprehendió a dos hombres que se conducían en motocicleta en dirección a la terminal de la zona cuatro, al ser cuestionados confesaron que se les había ofrecido la cantidad de Q 1,000 para disparar contra una unidad, sin hacerlo directamente contra su piloto…(El Periódico 5/12/2008).

Este es solo otro ejemplo de los numerosos casos en los que se ha detenido a personas que parecen ser enviadas únicamente para causar caos en las calles, sin importar a quien se le ocasione el daño. Si lo que los grupos, personas u organizaciones detrás de estos individuos buscan es desequilibrar al país, sin duda lo consiguen, pero es preocupante que rivalidades políticas se interpongan en el camino del interés colectivo y perturben la paz. Estos ataques son sin duda producto de una estrategia que busca desprestigiar a los cuerpos de seguridad y sus principales funcionarios, y en última instancia busca que rueden las cabezas que se encuentran en la cúspide de la pirámide del poder político: el Presidente y su partido oficial.

Entre el narcotráfico, la prostitución, la trata infantil, la delincuencia común, y grupos organizados para desestabilizar el orden público Guatemala se conduce mas pronto que tarde a la anarquía y la guerra, y lo único que logran estas acciones en busca de poder es perjudicar cada vez más al mismo oprimido de siempre: el pueblo.

Armando Diéguez

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