domingo, 14 de diciembre de 2008

¿El principio del fin de un imperio…? Monroe está enfermo de gravedad!!

La Doctrina Monroe ha sido una herramienta desde 1823 en una de las mejores armas de la política exterior estadounidense, hoy en día esta se encuentra en un punto donde muy probablemente le llegue la misma suerte que sus autores: la muerte.
Dicha doctrina fue elaborada por el sexto presidente de los Estados Unidos de América, John Quincy Adams, y le fue otorgado a su antecesor James Monroe, el cual la llegó a presentar el día 2 de diciembre de 1823 al Congreso por el mismo. “América para los americanos”, dice la doctrina la cual iba dirigida en su momento más que todo para las potencias europeas, donde se les explico que no se toleraría ningún tipo de influencia en América Latina a no ser una influencia estadounidense. Su punto de mayor alcance se dio en la primera década del siglo XX, con el muy poderoso Corolario Roosevelt, el cual es una enmienda a la Doctrina impulsada por el presidente Theodore Roosevelt. Con esta enmienda el país de las barras y las estrellas se auto regaló el poder de intervenir en todos los países latinoamericanos, si uno de estos llegase a entrar en un régimen el cual afectará tanto sus intereses comerciales, políticos, ideológicos y sociales. Sobre los países (latinoamericanos) han llegado a ser afectados por dicha doctrina, consideramos que está más que claro que Guatemala ha sido uno de ellos, aunque en determinados momentos se llegue a negar*.
Con esta doctrina, los Estados Unidos de América han llevado a cabo por más de cien años, salvaguardar con senda eficacia sus intereses políticos, comerciales y hasta sociales. Pero ha llegado el año donde Latinoamérica, más bien precisamente las conocidas repúblicas “bolivarianas”, han dado un paso en contubernio con otras naciones de distintos continentes para “fusilar” a Monroe de una vez por todas y crear un nuevo orden mundial donde las naciones más débiles, puedan crear alianzas con otras más fuertes, las cuales estén dispuestas ayudarlas.
Entre estas naciones las cuales han empezado a escupir a Monroe se encuentran por parte de Latinoamérica, Venezuela de la mano del siempre pintoresco Hugo Chávez, que si bien no todas sus decisiones son del todo acertadas, y lleva a cabo por momentos una política poco ortodoxa, ha sido el pionero en dar por muerta dicha doctrina.
Con las visitas del Presidente Dmitri Medvédev, y de la fuerza naval rusa a las cálidas playas venezolanas, se ha demostrado que lejanos han quedado aquellos años donde ninguna potencia europea podía siquiera pensar en acercarse a Latinoamérica, así como ha visitado Venezuela, Medvédev también ha hecho lo propio con Argentina al reunirse con la Presidenta Cristina Fernández, donde así como con el presidente venezolano, han discutido temas de suma importancia para ambos países y el desarrollo de la región.
Entre tanto Ecuador también se ha sumado a esta nueva dinámica, donde el Presidente iraní Mahmud Ahmadineyad se ha reunido con el Presidente Rafael Correa, mientras todas estas reuniones se llevan a cabo la fuerza naval rusa, avanza sin temores por el Canal de Panamá, y han llegado a anclarse en las playas de Nicaragua.
Esta nueva dinámica a la cual, llego a considerar que toda América Latina se debería de sumar, no es con el afán de herir el orgullo de Estados Unidos de América, ni mucho menos retarlo. Es crear un ambiente mundial de cordialidad entre otras potencias mundiales, donde por medio de acuerdos sean tanto comerciales y políticos ambas partes puedan salir beneficiadas.
Si la gran potencia del continente americano, llegase a querer involucrar en una democracia mundial, donde sepan aceptar que no en todos los países se puede tener un solo tipo de régimen, y lo más importante respetar la soberanía de todas las “sardinas” latinas, se podría integrar de la misma manera, aceptando a todos los países por iguales.
Como último en este espacio no nos declaramos capitalistas, socialistas, comunistas, fascistas y cualesquiera que sean los regímenes posibles de adoptar, y estamos conscientes de lo difícil que es en estos casos pararse en un punto medio y llegar a ser Imparcial, nos declaramos seres humanos que esperamos que algún día se llegue a utilizar la política como la única forma de usarla: el medio para llegar a consensuar sobre las diferentes problemáticas que existen, tratando la más alta aceptación de las partes que se lleguen a involucrar en dichas problemáticas.

*Particularmente no me considero a favor del régimen el cual fue derrocado en Guatemala, o en Chile, pero soy lo suficientemente objetivo y a la vez imparcial para poder afirmar que dicho régimen impulsó grandes adelantos en nuestra nación.

Joaquín Sagastume

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