sábado, 23 de abril de 2011

Regalos de la Lluvia

Apaga el calor. Termina la infección. Y de paso también desea asesinar a un convaleciente Abril. No más Abril por favor.

Ni Abril ni Mayo son míos, mías son las palabras que me dejan y las gotas que me caen. Esas gotas que quisiera que languidecieran en mi vida. Esas gotas que denotan mi placer. Escribir palabras para mi placer.

No para las musas intangibles, no para las ideas interminables, no para la materia del ideal perfecto no para la del estado de mentirosa. Palabras mías que no se arrebatan.
La lluvia es mía y me permite abrir mi cabeza; regalarme palabras que me calman.
Que me sanan en este círculo tan asqueroso, que me rodea y por muchos días parece interminable.

La lluvia es mía, mis palabras las recupero. Como dije un día “perdiendo sin haber encontrado y encontrar sin perder”.

Son mis palabras, mi lluvia.

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