El Sapo se rinde y quiere ayuda-un periodo negro- no quiere más displicencia ante las Estúpidas y ante la necesidad humana construida alrededor de un ideal.
No sabe qué hacer, el Sapo se le ha lastimado en su orgullo e intelecto; “no te fíes de un animal herido” ; es el innegable triunfo de la fisiología ante el intelecto. La coraza debe ser a partir de ahora endógena, exógena y sobre todo homogénea hacia dicha necesidad; en cualquiera de sus representaciones futuras. Representación femenina que raya por momentos la divinidad y que por consiguiente hace daño al Sapo, que sigue sumido en el mismo Poso.
La misma pierda ni siquiera por respeto y tratar de engañar cambia su apariencia; es la dulzura que lastima poco; todos los días. Es la misma guerra perdida (que ni siquiera se consigue ganar en la mente; el campo de batalla metafísico) la única importante y la única que se pierde hasta los niveles más profundos oníricos; las demás por lo menos la mente llega a poder ajusticiar, menos una, menos la importante.
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