Se necesita un cambio abrupto, se necesita el camino y la forma de aplicar la prohibición. Pero ese tiende a ser un tema más complejo tratado con meses de contemplación al más estilo dionisiaco.
Mientras se prohíbe proclamarse de manera innecesaria como elemento para la alquimia de la estupidez. Tratándose de un elemento mezclado que intenta cierta temperatura (la coyuntura) de conseguir oro (un resultado satisfactorio para los imbéciles e irrisorios seres llamados humanos).
A no caer ante los encantos fisiológicos, a no ser que fuera resulta la necesidad que el mismo encanto genera. Ni mucho menos ofrecer un proceso fermentado para generar el contacto animal. A permanecer dentro de prácticas y espacios que solo insultan al alma y por consiguiente; poco a poco la asesinan en favor de la enajenación y el sentimiento callejero regular.
Y por último a no caer en una posición de transmitir pensamientos que no van acorde a la razón humana; puesto que no serán comprendidos y se cae en un estado de rareza o de inferioridad ante los animales sucios.
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