viernes, 28 de mayo de 2010

Estupida enferma, Enfermedad llamada Estupida

Esa estúpida, que no se da cuenta de las cosas, que no se entera de que pasa; que camina de manera inconsciente; inconscientemente estúpida. Es la perdición de este pequeño y anómico cuerpo llamado humano. La estúpida enferma y el enfermo infectado por la estúpida.

Una enfermedad que al menos se sabe y se reconoce por uno de los dos actores, que no tiene fin. Reciprocidad inexistente e interés que denota la ausencia y a la vez exige un inocente interés; así elevar, apologizar una apología previamente reconocida. ¿Quimera? ¿Futuro? ¿Desengaño? O bien, ¿una enfermedad, condenada por ese Ser a convertirse en esa realidad, esa partición de la realidad que merece convertirse en "paralelamente convergente"?
¿“Paralelamente convergente”? La enfermedad siempre existe (convergencia identificada) aunque por ciertos lapsos de esa enfermedad no sea puesta en manifiesto (puntos paralelos de interés), aunque no importa esto mucho, puesto que la medicina es inexistente para erradicar la enfermedad reconocida, solamente evita que conduzca a la muerte o mejor aun. ¡La demencia!
Parece que ni el charco, ni la teoría podrán evitar que el Sapo, el Ser humano puedan deshacerse de su enfermedad; contra la naturaleza misma no se pelea y con la enfermedad se aprende a vivir, a convivir.
Para convivir con ella se debe buscar la placidez de la almohada, el “paz paz” con el espíritu y así poder eliminar la razón del cansancio y el constante desgaste mental. La única forma de encontrar la placidez se encuentra dentro del Sapo y la voluntad.

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